La nostalgia es un sentimiento difícil de manejar. Extrañamos personas, momentos e incluso cosas que no vivimos, pero que nuestra alma anhela.
Hay anhelos que son imposibles de matar, tenemos esa noción de la realidad, no se puede matar porque se ha ido, pero también hay recuerdos que nos traen buenos sentimientos y buenos recuerdos. Recuerdos de personas que se fueron, pero que dejaron sus huellas dentro de nosotros, un legado para la humanidad que jamás será olvidado.
Por otro lado, hay anhelos que sentimos y que podemos superar. La que nos da la oportunidad de volver sobre el camino una vez perdido, de volver a abrazar, de volver a besar, de perdonar y pedir perdón, de volver a extender las manos, simplemente de matar la añoranza.
Es un anhelo por algo o personas que están vivas y disponibles. Extrañar a un padre oa una madre, a un hermano, a un amigo que muchas veces vive en la misma ciudad, y en este caso, es un anhelo que se puede lograr.
¿Estás perdido? Ve a donde está esa persona, haz una llamada al celular, di que la extrañas y ¡listo!
A veces parece que el orgullo y la arrogancia para muchos es un sentimiento más poderoso que admitir que los extrañas, pero admitir que los extrañas es más importante.
Lo que pasa la mayoría de las veces es que manejamos la nostalgia, no la acabamos. Hay personas que extrañan a un ser querido, que está cerca, pero por una palabra pronunciada a destiempo, malos sentimientos que dominan el corazón, son incapaces de perdonar y sanar la añoranza.
No murmures de tu familia, disfruta la presencia de tus padres, esposo, esposa, hijos, hermanos y demás, porque el mismo motivo que hoy te puede irritar, puede ser motivo para extrañarte en algún momento. Rompe este ciclo y disfruta de la presencia de tus seres queridos, de todos modos, ¡están vivos!
Hazte un favor, mata hoy la añoranza, a quien hace tiempo que no ves, abrazas o besas. Di «Te amo» a quien esté disponible y te venga a la memoria en ese momento.
¿Quieres ser realmente feliz? La felicidad consiste en la ausencia de sentimientos que nos asfixian y la bonanza de sentimientos que nos hacen amar a las personas, sin esperar nada a cambio.
¡El anhelo se convertirá en alegría! ¡Aaah! ¡Qué bueno es amar y sentirse amado!
Texto escrito por Stael Veiga