El mundo moderno muchas veces genera angustias, lo que nos incita a dejar de vivir el presente y entrar en conexión con otros momentos y épocas. Si estamos enfocados en el futuro, podemos hundirnos en una curva de aprensión, ya que aún no nos hemos dado cuenta o experimentado lo que está por venir. Si nos detenemos demasiado en el pasado, podemos sacar a relucir el dolor, la tristeza u otros sentimientos negativos que nos impiden superar lo que nos impide vivir una vida plena, feliz y significativa. . Vivir en el presente no significa falta de compromiso con todo lo que es parte de la vida. Vivir el presente es prestar atención al momento actual, entender que nuestra vida es una historia de luz y que en cualquier momento ya no podemos estar en este mundo, por eso no podemos perder el tiempo. Sea para quien tiene o no, una ajetreada rutina con muchas obligaciones y compromisos profesionales y personales, lo mejor es vivir el momento presente, pues este modo de atención permite que nuestra conciencia esté alerta para actuar de la mejor manera. en la toma de decisiones, en beneficio nuestro y de los que nos rodean, porque mañana es otro día y no tenemos control sobre lo que vendrá. No debemos preocuparnos por el mañana, cada día tiene suficientes problemas, porque el mañana traerá sus propias preocupaciones. La expresión “preocupación” significa ocuparse de algo antes de que suceda. Esta inquietud suele estar atravesada por el deseo de querer controlar el futuro y las expectativas creadas por nuestra mente. Así, no podremos tomar las mejores decisiones y, sobre todo, vivir la plenitud del presente, con la tranquilidad que nos permite evaluar, comprender y planificar la vida sin ansiedad ni control, pero con acierto y sabiduría. La vida es el período entre el nacimiento y la muerte. La vida es, por tanto, el tiempo de nuestra existencia. ¡La vida es lo que es! La trampa es querer solucionarlo, no aceptar el momento y estar siempre insatisfecho. Es importante aceptar el momento. Recuerda: lo que está pasando en tu vida es lo que tiene que pasar y siempre trae lecciones, sobre todo cuando acogemos y aceptamos esta experiencia. La no aceptación es el bloqueo que provoca la insatisfacción total. Nuestra vida es un regalo, nos despertamos cada mañana y tenemos la oportunidad de respirar y poder vivir un día más en el presente, aún frente a la adversidad. Pero el simple hecho de estar vivos nos da la esperanza de que vendrán otros días mejores o peores y tenemos la opción o la decisión de hacer que cada día sea inspirador y digno de ser vivido. ¡Solo depende de mí y de ti! Para la reflexión: «La verdadera generosidad hacia el futuro consiste en dar todo al presente». (Alberto Camus) Texto escrito por Stael Veiga

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