Durante décadas prevaleció en las oficinas la máxima “deja tus problemas personales fuera de la empresa”. A pesar de ir en contra de la naturaleza humana, el esfuerzo por cumplir con tal regla fue visto como un signo de profesionalismo, competencia y autocontrol. Pero los tiempos han cambiado. Si, por un lado, la evolución tecnológica y la “frialdad” de las máquinas se han convertido en parte del día a día de los negocios, por otro lado, la valoración de la empatía y la atención a la influencia emocional en el entorno corporativo se han convertido en parte de el trabajo rutinario de las empresas Equipos de Recursos Humanos. Entender los impactos del duelo, ya sea de una persona querida del empleado o del propio empleado, es ahora un diferencial en un ambiente profesional saludable.

Cuando un compañero de trabajo se va

La experiencia de lidiar con la muerte de un miembro del equipo es individual y depende de factores como grados de cercanía e intimidad, historia de vida en relación a las pérdidas, salud mental y red de apoyo. Además, se considera que la pérdida para los que quedan no es solo física, sino también simbólica: la representación del rol que esa persona desempeñaba en la rutina de sus compañeros, en tareas realizadas en conjunto, o incluso en momentos de esparcimiento, como happy hours, encuentros en fechas conmemorativas, entre otros momentos que dejarán buenos recuerdos.

Cuando un empleado pierde a un ser querido

En este caso, el impacto en el entorno profesional puede comenzar antes del propio duelo, cuando, por ejemplo, el empleado tiene que hacer frente a la grave enfermedad de un ser querido mientras intenta mantener la normalidad de su rutina. Para situaciones como esta, se recomienda informar al sector de Recursos Humanos y Gerencia, pues existe incluso la posibilidad de que el empleado necesite ausentarse. Otro tipo de duelo es el que procede de una muerte súbita, provocada, por ejemplo, por un accidente. Al torbellino de emociones inherente a la pérdida se une el estado de shock por una ruptura inesperada. Hay que decir que, independientemente de cómo se produzca la muerte, el trabajo forma parte de la condición humana y, como tal, es susceptible de acontecimientos en la vida personal. Esto significa que el duelo puede alterar las funciones, provocando desánimo para las actividades laborales, dificultad para mantener la vida laboral y, como consecuencia, baja autoestima.

Cómo recibir al colaborador en un momento tan delicado

 
 
 
 
 
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El amor, la empatía y la compasión son pilares muy importantes para que la recepción se haga de forma sensible para evitar que el dolor se agudice. Aquí hay algunos consejos de hospedaje: 1) Destacar a alguien de la empresa que esté cerca de la persona en duelo para brindarle todo el apoyo necesario, en el amor. 2) Envío de mensajes por parte de líderes y compañeros mostrando cuidado y amor, esto hará que el empleado no se sienta solo. 3)     Enviar una ofrenda floral en nombre de la empresa y de todo el equipo es un acto de cariño. 4)    Envíe representantes, personas más cercanas a usted y el propio gerente, para estar   presencia física durante el velatorio. 5) Es muy importante que las empresas reserven un espacio para que los compañeros puedan ver el velorio de forma virtual, para aquellos que no puedan asistir presencialmente. Esta acción marcará la diferencia, el empleado se sentirá acogido, especial y amado. De esta manera, todos podrán expresar su solidaridad con sensatez. Acciones como estas colaboran mucho para la elaboración del duelo y en la redefinición de tan significativa pérdida. Comprender, aceptar las etapas y los ciclos de la vida humana es fundamental para que los entornos empresariales sean cada vez más humanizados. “Cada vez que avanza la tecnología, el ser humano debe avanzar en su humanización, ser más humano”. (Parada de Ronald)
Buscar fuente: Best Homenagens Adaptación: Stael Veiga

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