Participando en un foro el otro día, hicieron la siguiente pregunta: ¿Qué quieres ser cuando mueras?
Esta indagación tuvo como objetivo demostrar cuantas posibilidades tenemos para terminar nuestra estadía aquí en la tierra, opciones como sepultura, cremación, destino de las cenizas, etc.
Pensé que nuestro “gran final” debía ser un reflejo de todo lo que hemos hecho en la vida, para llegar a ese consenso es inevitable reflexionar sobre cómo estamos viviendo, qué hemos hecho con nuestros días.
Sin pensar en nuestra existencia, cómo hemos explorado esta experiencia de levantarnos, llenarnos los pulmones de aire y estar seguros de que somos un cuerpo vivo, para luego reflexionar: ¿Qué hago ahora con esto? Será imposible tener una partida o una despedida que nos represente. Es imposible hablar de la muerte sin vivir la vida intensamente, sabiendo cuáles son tus valores, tus conceptos reales, lo que realmente importa y tiene peso en tu camino.
Mirándome, haciendo este análisis interno, me di cuenta de que aún en los días en que el sol no brilla tengo la certeza intensa de que está en su lugar, solo cubierto por densas nubes, pero que en algún momento se disiparán y la sol, oh, siempre sale;
Incluso en los días en que el dolor y el llanto tratan de eclipsar mis ojos, me permito inundar mis ojos y mi alma, y al poco tiempo ambos son más claros, más claros, permitiéndome ver la esperanza renovándose cada mañana;
Incluso en los días en que mi sonrisa no parece tener fuerzas para salir de mis labios, recuerdo que mañana será un nuevo día;
Cuando miro mi camino tan lleno de imperfecciones, veo cuánto me he esforzado por ser una mejor persona y cómo celebro cada pequeña victoria;
Cuando pienso en mi rostro ya marcado por el tiempo, me regocijo porque las marcas son el registro de una historia tan llena de intensidad;
Cuando creo que estoy sola, me cubro con la colcha de retazos que cosí para esta época, llena de amores y amigos.
Pensando en mi muerte, descubrí que será el retrato de mi vida, ¡porque mi vida es una fiesta!
Y tú, ¿qué quieres ser cuando mueras?
* Artículo escrito por Luciane França – Gerente
Alphacampus Cemitério & Crematório – SP